Descripción
— Hace más de cinco años que realizo estas prácticas regularmente. Me encantaría compartirlas contigo. —
Esta propuesta es ideal para quienes pasan muchas horas usando manos y ojos con el ordenador, o con cualquier otra actividad. Y es algo genial a practicar con los niños, porque les encanta todo lo que implica cuerpo, y además estás modelando autocuidado y diversión y presencia.
Se trata de dinámicas que forman parte de mis programas Mindfulness sensorial y Recupera tu poder animal. Aquí nos centramos en ellas y las acompañamos para que se conviertan en un ritual potente.
¿Y por qué nos centramos en manos y ojos?
- Las manos
Somos seres táctiles. Como animales, como mamíferos, como humanos. Quizá sabes que los bebés pueden enfermar y morirse antes por falta de contacto que de comida… Y qué rara es pues para nosotros esta época, y qué impactos psicológicos nos va a generar tanto aislamiento, tan pocos abrazos, tan pocos besos, el tocar con guantes, el ponernos gel y lavarnos las manos continuamente.
Por eso aquí te ofrezco algo que puedes darte a ti misma, un automasaje, físico y energético, de manos. Ayuda a poner atención en ellas, porque aunque toda la piel sea táctil, las manos son las más usadas para tocar y percibir en nuestra sociedad, en la que casi todo nuestro cuerpo está cubierto de ropa de forma habitual.
Atención y cuidado, tras muchas horas de ordenador y teletrabajo. Recuerda que, además, las manos tienen conexión directa con el corazón. Recuérdalo cuando toques y te toques. Cuando acaricies, cuando roces. Sea a otros humanos, animales, plantas, piedras, elementos… y como siempre, lo que tocas, te toca a su vez. - Los ojos
Ojos fatigados, cansados. Empequeñecidos. Apagados. Con gafas para ver de cerca. Gafas para ver de lejos. Gafas para todo… Así acaba a menudo nuestra vista, en esta época, en esta sociedad. O peor.
No nos han enseñado a cuidarla, sólo a ponerle muletas. Por supuesto, uno de los mejores cuidados es pasar mucho tiempo dejándola vagar, cuanto más “natural” sea lo que contemple, mejor. Y si está lleno de colores relajantes, como el mar o el bosque, os hacéis rápido a la idea y vuestros ojos se relajan instántaneamente sólo de imaginarlo, ¿verdad? Lo que te propongo aquí es un automasaje ocular. Una serie de movimientos con los propios ojos, párpados y cejas, para recuperar tono muscular, movilidad y, también, visión. ¡O al menos no seguir perdiéndola! Dicen que los ojos son el espejo del alma. ¿Qué alma se muestra a través de los tuyos?